Finiquitao el 2006

Este es mi careto tras chimparme las doce uvas de rigor...La verdad es que no sé realmente a que se debe esta costumbre...pero lo que sí sé es que todos los años acabo a punto de vomitar...
Soy una supersticiosa del copón y no me gusta serlo, pero mi sangre gallega por parte de padre, no me ha dejado otra alternativa...y vamos...que si no me comiese las doce uvas, fijo que me pasaría al menos 12 días también sin dormir...

Acabó el año y con él una maravillosa subida a la creu del cardenal (cima situada en el valle de la murta), cargada hasta de forerunner (parecía una profesional...incluso un hombre que me vió subir corriendo me comentó: "seguro que no es la primera vez que subes"...a lo cual contesté..."lo importante es que no sea la última").
Celebrar el último día del año junto a mi montaña favorita y sus vistas me pareció entrañable...tanto que decidí dejar constancia de ello en el libro de visitas que la cruz cobija a sus pies...Mirando hacia el mar, dándome el sol y el aire, saqué la libreta y el boli y allí escribí:

"Nada como despedir el 2006 disfrutando de la libertad, frescura y energía que las montañas me provocan. Bonito 2007 para todos, con sus miles de bellos paisajes por descubrir. Sylvie".

Esa dedicatoria me trajo después una sorpresa...pero eso ya es otra historia...