Correteando por Azuébar

Con estas caras de alegría terminamos ayer nuestra carrera de montaña en Azuébar (Castellón). De izq a dcha: Bernat -hermano de Cris-, Coke, Cris y yo.

Mi 2ª carrera D.L (después del nacimiento de Luna), fue bastante mejor que la 1ª. El recorrido fue precioso, la temperatura ideal y no tuve momentos de flaqueza.
La montaña estaba recién despierta, con un olor a frescura que te llegaba hasta los ventrículos, el sonido de los pajarillos desperezándose como mejor grupo amenizador y con una variedad de árboles cada pocos kilómetros, espectacular. Me encantó.

Pero, hay un pero, como siempre...que tras las subidas, van las bajadas...y yo no sé si es por el olvido de la experiencia después de tantos meses o porque me he hecho más "cagarri" tras ser mamá, pero antes bajaba tirándome cual cabra montesa y ahora, parezco el chiquito de la calzada. En la super bajada que había, me adelantaban hasta las orugas...y peor que eso, que en realidad, me da bastante igual, fue, que en plan traidor y sin aviso, me enganché con una esparraguera (si, tal cual lo leéis) y me fui de bruces contra un trozo de tronco que me dió en toda la canilla. Si en ese momento llego a ir acompañada, me pongo a llorar (por lo de recibir mimos y eso), pero como iba sola, llorar pa ná, era tontería...así que me compadecí un poco de mi misma y seguí bajando (o lo que sea que iba haciendo).

La llegada a meta un alegrón de los grandes, pues de ser 20kms en teoría, pasaron a ser 18.5 (enterarte de esto cuando crees que te faltan casi 2kms y resulta que en 300 metros vas a terminar, es para besuquear hasta con lengua al organizador).

Mucho avituallamiento sólido al terminar, cosa que agradecí porque ni tiempo para desayunar había tenido (ni para coger la mochila con las cosas de la ducha posterior). Esto de salir de casa a las 7 de la mañana habiendo tenido que despertar a mi peque para darle teta antes de irme, es lo que tiene...que al final solo desayunó ella y yo me fui tan tranquila con las manos en los bolsillos.

Y lo más de lo más de la organización, es que las duchas eran mixtas!!!...con puertas tipo oeste y pasillos raros de abre y cierra, en los que no sabías qué sorpresas te esperaban al otro lado. Entre eso y tener que pedir toalla, ropa y hasta calcetines a los demás, aquello parecía sodoma y gomorra. Me reí mucho.

También me alegré mucho, de que el maquinorro de Bernat, que debutaba en una carrera (sin entrenar ni mucho ni poco sino prácticamente nada), llegó antes que ninguno de nosotros. Ojalá se anime a continuar y a disfrutar de días tan bonitos como el de ayer.

Antes de acabar, os dejo un chiquitín video (dura 9 segundos) de mi chica, que seguro os va a hacer mucha gracia a los que lo veais. A ver si en breve pongo fotos de pascua y de mis 12 días de vacaciones junto a ella, que han sido de entre lo bonito, lo mejor.