Love story

Hoy, día del amor con mayúsculas, porque así lo haya decidido algún comerciante (me la suda) o el pobre S.Valentín que según dicen fue ejecutado este día por casar matrimonios jóvenes, quiero hablar de mis padres.

Mi madre, huérfana desde los 7 añitos, fue cuidada por su hermana mayor (mi famosa Tita Mercedes que murió el pasado Enero) y su marido Miguel (hombre adorable, pero muy autoritario) que a su vez, era tío de mi padre. Esto es un poco lioso, pero fácil de entender si uno se concentra un poco. Vivían en Cáceres en aquel entonces.

Mi padre, un mujeriego toda la vida, que vivía entre Galicia y Paris (currando), en una visita a casa de mis tíos (y mi madre), se enamoró perdidamente de ella.

Mi tío, que le conocía desde bien pequeño y sabía de sus fechorías, no aceptó dicha relación...pero, mi padre...cabezota que era poco...siguió insistiendo hasta conseguir enamorarla.

Muy pocas veces se habían visto aún, cuando una sorpresa non-grata, sucedió. A casa de mis tíos (y mi madre), llegó una carta de una de las novias que mi padre tenía en Francia (anda que no estaba zumbao!!...dar aquella dirección!!!)...

Mi tío le echó a patadas de allí y le dijo que no volviese más a ver a su sobrina (mi madre).

Mi madre le lloró meses y meses.

Mi padre también...pero a su manera (vamos, que hombros donde llorar, no le faltaban).

Pasó el tiempo y mi madre y su hermana, hartas de no poder hacer nada más que lo que mi tío les dejaba (bien poco), decidieron irse a vivir a Valencia a casa de su otro hermano mayor.

Al enterarse mi padre de esa nueva situación...le faltó el aire para aparecer por Valencia y reenamorarla...(consiguiendolo con facilidad, el tío bandarra).

Fueron novios 3 meses y se casaron aquel verano del 68 (a pesar del super enfado de mi tío)...y se fueron con 1000 pesetas, en tren y con lo puesto, a vivir a Francia.

El próximo verano hará 40 años de aquella unión...y él sigue siendo ese hombre divertido, alegre y megacariñoso de entonces que la adora...y ella, la tímida, callada y especial, que le ríe todas las gracias.

Aún hoy, sigo envidiando y admirando la manera tan particularmente bonita que tienen de quererse aquí en Valencia...lugar al que tras muchos años volvieron, por ser para ellos, donde el sueño del amor, se hizo un día realidad.

Os quiero mis jovenzuelos tortolitos. Feliz día de los enamorados.