El que la sigue, la consigue

Desperté con la misma sensación que imagino debió tener Willy fog en su día y me di de bruces con la flaca… “buenos días sor desapegá!...con qué facilidad me dejas por cualquiera!” dijo…a la par que le sonreían hasta los radios…(supongo que por cualquiera se refería al Krismi).

Algo playero debí soñar, cuando al querer recordarlo, vino a mi mente un camino estrecho y de piedras que alguna vez de jovencilla (más todavía que ahora), había recorrido en bici para llegar de alzira a la playa (distancia que en coche se suele hacer en 20min). Pensé que ese camino debía seguir existiendo y me dispuse a ir en su búsqueda (siempre buscando como véis).

Mi ilusión era enorme. Un reto inesperado aparecía ante mi sin haberlo planeado siquiera… “tengo que llegar a Cullera sin ir por carreteras principales”.

Lo bueno que tenía la búsqueda, es que ir hacia la meta final no tenía pérdida (o eso creía), pues casi desde la misma salida de Alzira, puede leerse a lo lejos la palabra Cullera pintada en la montaña tal cual Hollywood como podéis observar en la primera foto.

Pero no, no fue fácil,ni los caminos que recorrí fueron los de antaño…supongo que mi juventud ya pasó hace tiempo a la historia y por aquellos que conocí, hoy pasa incluso una autovía…pero no desistí en el empeño y me planteé alternativas. El caso era buscar aquella montaña pintada, fuese por donde fuese…y así lo hice…con un par…

Primero crucé pueblos pequeños, alguno que incluso ni conocía…En uno de ellos, al pasar junto a unos chavales que almorzaban en una terraza de bar…me dijeron: “si te quitaras el sillín verías qué bien te lo irías pasando!”…( “hombre, pues sí, pensé, pero a mi flaca no la tengo yo hoy para escarceos”).

Lo siguiente fueron los caminos de los arrozales...a los que nunca me había acercado tanto y de los que disfruté muchísimo. Cuanta gente por allí metida en el agua hasta las rodillas trabajando…(y todos dándome los buenos días al pasar)…cuantos platos de paella saldrían de aquellas tierras, pensé…

A medida que iba viendo el letrero de Cullera acercarse, se me iba yendo el norte…no porque se me fuera la olla ni nada de eso (esa hace tiempo que anda ida), sino porque yo quería ir hacia la derecha (pues había pensando llegar a las playas del centro, meter los pies y volver) y los caminos me iban llevando hacia la izquierda.

Me equivoqué unas cuantas veces llegando a finales de caminos cortados, pero tras preguntar a unos cuantos agricultores di con el final más cercano al mar y de tan a la izquierda que se encontraba, observé que precisamente me había llevado al inicio del camino de la playa nudista….No podéis imaginar lo gracioso que me pareció…esos caminos de arroz sabían ya lo que hacían conmigo…la cabra tira al monte…no hay otra.
Sonreí y pensé… “joder, qué guay!...si en vez de los pies voy a poder meterme del todo…que no llevo bikini!”.

Y así fue como sin comerlo ni beberlo, aparecí allí teniendo que subir con la bici a cuestas una colina de arena antes de vislumbrar el mar…(puf…me cansó más eso que los 39kms que llevaba ya hasta el momento). Llegué, con un calor africano del copón, tiré todo allí en la arena…y disfruté por fin de mi primer baño playero del verano…
Momento felicidad para anotar en letras mayúsculas en mi libreta.

Y ahora doblete de anécdotas, como no podía ser de otra manera…

1) Un chico joven cercano en distancia me da los buenos días...le respondo igual…me dice que qué idea más buena, venir en bici, nadar e irme….Hasta ahí todo bien.
2) Un hombre mayor tumbado en una hamaca a mi lado me observa…veo que me quiere preguntar algo, pero no se atreve…al final arranca:

¿hay carril bici para llegar hasta aquí?
Ojalá lo hubiese, contesto yo.
¿y no es muy peligroso ir por la carretera?...
He venido por los arrozales…

Mantenemos una pequeña conversación sobre el tema ciclista, hasta que por detrás llega su mujer carraspeando (digo yo que pa avisarle de que llegaba y no le hacía mucha gracia que hablara conmigo)…pero al escucharnos, se unió al tema y acabamos hasta riendo los 3.

Vuelvo a disfrazarme de ciclista, sin las zapas para ponérmelas tras salir de la arena. Subo de nuevo la colina…bajo…y me siento en un bloque de cemento, entre los coches del parking a secarme los pies. De repente llega a mi lado el chico saludador del punto 1…Evidentemente desnudo. Yo sigo con mis pies tras decirnos hola de nuevo. Abre la puerta de su coche sin dejar de mirarme…Yo me empiezo a agobiar y con rapidez me pongo las zapas. Me levanto y cuando voy a montar en la bici, me giro para decir adiós y allí está el tío cerdo dándose un homenaje de amor propio sin vergüenza alguna.
Sin poder callarme le suelto “joder tío, ya te vale”…y salgo pitando con la bici como si se me fuera a hacer de noche y le hubiese hasta trucado el motor a mis piernas. Lamadrequeloparió…gente subnormal hay en este mundo, virgen santa!!...no hay situación más desagradable que esa…y es que encima, no es la 1ª ni 2ª vez que me pasa...Ojalá fuese la última!

En pocos kms lo olvidé y me centré en disfrutar de la vuelta…Camino ya fácil y conocido, que de repente incluso se acortó…y en lugar de los 39kms de ida, pasó a medir 27,6…cosa que me hizo volver a sonreir al llegar a casa y mirar el cuentakm…pues nada menos que “66,6”kms marcaba aquello…de monja a demonio sin casi pestañear…Pa niña mala y cabezota, yo!