Aquí, doña babosa

Este año he vivido unas pascuas preciosas...y no solo por haber estado en una casa rural enorme con mis más queridos 21 amigos, ni por haber comido mona y chocolate a la gana (con lo que soy yo con mis cuidados nutritivo-prenatales), ni por haber tenido la compañía de mis amigas en todas mis caminatas diarias, sino que las he sentido así por haber estado rodeada de los niños/as de mis amigos y haberlas vivido como si ya Luna hubiese estado con nosotros.

Qué mágicos son los niños!!...cuanta inocencia, sencillez e imaginación desprenden en cada palabra. Creo que Lunita va a nacer conociendo ya todas sus voces, pues le han hablado, preguntado, acariciado, masajeado y mimado, como si ya fuese una más de entre ellos.

"Luna...¿estás durmiendo la siesta?...¿cuando vas a salir?...Luna, ¿cuando salgas serás la novia de Miguel (el más pequeñito de todos)?...Luna...¿ahí dentro puedes jugar?...Luna...¿te estás bebiendo el agua que acaba de beber tu mamá?...Luna...portate bien y no des patadas a la tía Sylvie"...y así...miles de frases entrañables.

Me han hecho sentir todos muy feliz y casi tan niña como ellos. Les he echado de menos toda esta semana.

En la próxima ya me meto en el último mes. A medida que se acerca, más me asusto. Supongo que es inevitable rallarse con cómo saldrá todo, si la niña estará bien y cosas por el estilo. A pesar de eso, también siento mucha ilusión por verla. En la última eco pesaba ya 2.040 grs y tenía unos mofletes gordos y rebonitos que daban ganas de besuquear hasta la saciedad.

Me siento afortunada, pues estoy teniendo un embarazo envidiable, aunque eso no quite que la vida haya dejado de ser tan normal como era pocos meses atrás:

- camino espatarrada porque como Luna ya está encajadita (lista mi niña) tengo la pelvis tamaño capazo.

- el otro día me compré unas sandalias y tuvo que atármelas la dependienta para poder probármelas (yo no llegaba ni haciendo el pino).

- en lugar de levantarme de la cama o del sofá o de la esterilla (en yoga), ruedo como un barrilete.

- como 4 cosas y ya me siento como si fuese a explotar (deben haber hecho un trío, el líquido amniótico, la placenta y mi estomágo).

- duermo muy poco y mal (entre mear más que una fuente, dormir en la aburrida posición lateral, vuelta y vuelta como los pollos y tener los sueños más extraños y horribles de mi vida...no hay cristo que se relaje!).

A pesar de todo eso, estar embarazada me parece una experiencia realmente bella, especial y milagrosa. Ver mi barriga moverse, sabiendo qué parte del cuerpo de mi niña es, me estremece siempre. No puedo dejar de mirarla. Disfruto como jamás pensé disfrutaría. Le canto a mi Lunita, le hablo y cuento mil cosas, le enseño su carro nuevo mientras doy vueltas con él por su futura habitación e imagino las miles de vivencias que tendrá en ella.

Si antes pensaba que el amor por mis padres era descomunal e incomparable, ahora pienso que el de los padres por los hijos no tiene ni nombre ni medida. Amo a mi pequeña ya sin ni siquiera conocerla. Sentimiento más puro e incondicional que ese, no creo que exista otro.

Ps1: disculpadme por ser tan monotemática, pero es otro de los síntomas del embarazo.

Ps2: disculpadme también por no tener tiempo para pasarme por los blogs, pero estar explicando todo mi trabajo a los compañeros para cuando me vaya de baja, me está volviendo majara. No os sintáis obligados a comentar tampoco aquí, que yo os voy a querer igual.

Ps3: por si alguien quiere entretenerse, aquí está el resto de fotos de PASCUA

Ps4: y gracias a todos por vuestras palabras para mi papi, por aquí, mail o teléfono. Ya va a salir del hospital y me siento super contenta.