Una de videos y mi compi

1er video. Salida de Colmenar viejo el sábado 9 de Junio a las 12 del mediodía.



2º video. Llegada a Colmenar viejo el domingo 10 de Junio a las 7.58 de la mañana.
De los cerca de 1200 inscritos, 393 llegamos a meta...Siempre lo he dicho...putas máquinas!




Tal como prometí, a continuación os pongo la crónica de mi compi el Krismi, para que veáis que su versión de los hechos no es muy distinta a la mía.

¿Cómo se puede resumir un fin de semana tan especial e inolvidable en una simple crónica?... pues no tengo ni idea, así que no sé qué saldrá de aquí, espero que no os aburráis mucho.
He aprendido y experimentado bastantes cosas este fin de semana, pero entre lo que más me ha llamado la atención es el haber descubierto otro significado a algunas palabras que conocía pero que no me había parado nunca a pensar detenidamente en ellas y os pongo algunas:

Intenso: pasar 33 horas seguidas sin dormir y en esas 33 horas tener tiempo para hacer 100 kms., reir, llorar, soñar, nadar en un arroyo, querer, admirar, sufrir...

Compañerismo: conocer a tanta gente con la que tienes algo en común, sólo de cruzarte por unos caminos polvorientos, y acabar despidiéndote de ellos como si los conocieras de toda la vida.

Amistad: la que me habéis hecho sentir tantos y tantos de vosotros, ya lo dije ayer pero si no repito vuestros nombres no me quedo agusto: gracias Marcos, gracias Paqui, gracias Bea, gracias Emilio, gracias Serginho, gracias Francisco, gracias Teto, gracias Saltim, gracias Merak, gracias Pi, gracias Ertumba, gracias JC Villa, gracias Dioni, gracias PLUM, gracias Sierra, gracias Badajoz, gracias Micenas, gracias Nublo... joder, seguro que me olvido de alguno pero es lo que tiene escribir sin tener nada preparado, perdonarme los "ausentes".

Y lo que no sé es si habrá alguna palabra que conjuge las 3 anteriores, si la hubiera sería la que definiría a mi compi, mi hermana melliza, mi tormento particular... en definitiva: SYL.

Hay una última palabra que yo sí que la conocía perfectamente, y seguro que todos vosotros también, pero mi compi no y es "gamusino", imagino que hoy habrá pasado toda la mañana buscándola en el diccionario, cuando la encuentre espero que nos lo comunique.


Mi aventura, propiamente dicha, empieza el Viernes por la noche cuando Kris y yo vamos al aeropuerto a recoger a la "gran esperanza blanca", la teoría era llegar, recogerla y volver a casa en un pis-pas, ¡pero no!, Iberia no estaba de acuerdo y decidió retrasar una hora el tema, simplemente porque no le apetecía sacar las maletas de nuestra invitada.
El caso es que ya llegamos a casa más tarde de lo previsto y sólo nos dio tiempo a intercambiarnos regalos antes de la carrera, no fuera a ser que después de ella cada uno se tuviese que quedar con los presentes propios, que 24 horas sin tregua con esta tía no sabes nunca lo que puede deparar.
La noche fue corta y además no muy fructífera, ya que los nervios no me dejaron dormir lo que hubiera querido, aparte que poco después de las 7 de la mañana nuestra invitada decidió que ya era hora de levantarse y tocó diana.
Nos pusimos a terminar de preparar las mochilas, a repartir las tiritas, los recuperadores, la ropa, la comida (bueno, esta se repartió poco, ya que la señorita encargada decidió que era mejor echarlo todo en una sóla mochila), y de ahí a desayunar, últimos preparativos y todos camino de Colmenar, incluida la afición (Mar y Kris).

Llegamos al polideportivo y empieza a aparecer toda la gente, algunos como el Josero yo creo que ya durmieron allí. Vemos a Quintiliano, Emilio, Hilario, Ulises, Hugo, Grey, Badajoz, aparte de todos los que vinísteis a darnos ánimos. Nos hacemos las fotos de rigor y antes de que nos demos cuenta dan la salida y empezamos a trotar, nos despedimos de la afición y salimos tranquilos a disfrutar de esta primera etapa que era un circuito de 35 kms. empezando y acabando en Colmenar. Por suerte en estos primeros momentos nos acompaña Tetovic, y así no se me hace tan duro ya que de vez en cuando Syl le dejaba hablar y no era un monólogo.


Después de la primera hora, Teto decide volverse a Colmenar y aunque estuvimos a punto de convencerle que se hiciese los 35 kms. con nosotros, es listo y opta por que a la Monja la aguante... el Krisma, ¡lástima de no tener más poder de convicción!. Estos primeros kms. son muy llevaderos, aunque el terreno pique hacia arriba, pero entre la ilusión y las fuerzas que están intactas se van pasando con rapidez, por suerte el calor no es excesivo y además según lleva anunciando Hugo desde el año pasado hoy llueve o diluvia, pero agua cae seguro. Como nuestro ritmo no es muy alto nos da tiempo a cruzarnos en un punto con los primeros, donde vemos a Badajoz con un ritmo increíble, seguido por Emilio y en el puesto 10 aproximadamente al Joserín, que cuando se lo decimos se cree que le estamos tomando el pelo... ¡ni él cree en sus propias fuerzas!. Pasamos por zonas realmente bonitas, nos vamos haciendo fotos y de vez en cuando puedo decir alguna frase... ¡pero sin explayarme!. Nosotros vamos alternando correr con andar en las cuestas arriba por lo que el cansancio es claramente menor. Un poco antes de las 4 de la tarde las previsiones de Hugo se empiezan a hacer realidad y empieza a llover con bastante fuerza, aparte de hacer un viento importante, menos mal que llevábamos con qué guarecernos y no nos mojamos demasiado.

A eso de las 5 de la tarde llegamos a Colmenar y cuando nos estamos acercando al poli aparecen Francisco y Serginho para darnos un alegrón, venían a ver si nos encontraban para acompañarnos un rato y hacernos un reportaje fotográfico... ¡cuánto os pudimos agradecer vuestros consejos y vuestra compañía!. Primera parada, 35 kms. en 5:10, nos damos cuenta que llevamos más tiempo y casi la misma distancia que en cualquier maratón, pero sin embargo no estamos cansados ni tenemos sensación de hartazgo... ¡lo que hace el subconsciente, bien sabía él que aún faltaba una barbaridad!. Nos cambiamos de ropa y comemos unas galletas, mi amiga llevaba ya un par de horas... o más, dándome la barrila con que tenía hambre y después de mendigar unas barritas a Hilario, que muy amablemente nos dio, no había comido nada. Lo peor de todo es que esperábamos que en el poli nos dieran unos sandwiches como otros años, pero en este parece que había recorte de presupesto, (mal por la organización). En ese momento me di cuenta que nuestra siguiente etapa, de 18 kms. hasta Tres Cantos, iba a ser un infierno, pero no por que yo tuviera hambre, sino porque la colega me iba a poner la cabeza como un bombo... ¡sí, aún más, aunque creais que eso era imposible!.

Los primeros kms. contamos con la agradabilísima compañía de Sergio y poco a poco vamos encarando la segunda etapa, la cual va a tener infinidad de toboganes, aunque tendía a ser favorable. El paisaje también merece la pena, cruzamos algunos encinares y todavía te vas encontrando con mucha gente, la mayoría ya los vas conociendo porque son de nuestro nivel (vamos, de los pelotos) y a la tercera vez que te los cruzabas ya me iban dándome el pésame y me pedían que nos alejáramos lo antes posible que no llevaban Gelocatiles. Poco antes de Tres Cantos nos encontramos con Nublo que esta por allí ayudando a los corredores en lo posible, incluso ofreciendo Aquarius a quien lo necesite... ¡impresionante!, me alegré muchísimo de verte por allí. La llegada al poli de Tres Cantos fue inolvidable, en la puerta estaban esperándonos nuestros "ángeles de la guarda" particulares, (Marcos, Paqui y Bea) los cuales nos recibieron cariñosísimamente y además con toda clase de viandas... pan, tomates, queso, donuts, doritos, aquarius... ¡mil millones de gracias! sin esa comida, que nos sobró en ese momento, y que Paqui tan amablemente se encargó de guardarnos, se nos podría haber complicado la carrera en el último momento. Allí también estaban esperándonos Emilio y María, junto con Badajoz y una amiga, fue una alegría indescriptible estar con todos ellos y por ello les dedicamos un bailecito en plena puerta... ¡bueno, bailar bailar más bien poco, pero pisamos huevos "dabuten!. Aquí dedicamos más tiempo a la parada, ya que la señora marquesa decidió que quería que la masajeasen los pies, ya que una noble como ella no puede permitir que se le estropeen. Comimos como si viniéramos del "Supervivientes" ese y emprendimos nuevamente la marcha con la barriga llena y la ilusión a tope, el único disgusto fue que Juan nos había dicho que el Madrid iba palmando en el descanso. Por cierto, aquí la elementa esta ya me enseñó el culo por primera vez, como tuve ocasión de comprobar posteriormente no fue algo puntual ni casual. Nos despedimos de nuestros benefactores y empezamos a andar tranquilos, ya que la panza que se nos había quedado no permitía que hiciéramos ningún esfuerzo suplementario.

Al poco encendemos nuestros frontales y fue como si se encendieran a la vez una vela y un estadio de fútbol, lo que llevaba la colega era más bien una diadema con una luciérnaga atada. Una vez que mi compi se despachó agusto y despertó a toda la fauna del Soto de Viñuelas con la suelta de unos ruidos indescriptibles, empezamos a engrasar la máquina que llevábamos dentro y cogimos una velocidad de crucero más que interesante, fueron nuestros mejores kms., con un ritmo extraordinario y con el aliciente del alegrón del Madrid, sin duda ninguna fueron los momentos donde mejor nos encontramos de toda la carrera, desde ahí hasta el km. 88 sólo nos adelantaron 2 personas y ya al final cuando íbamos un poquitín tocados, pero hasta San Sebastián de los Reyes nada más que hicimos pasar gente, algunos incluso se apartaban ante el riesgo que les arrollara el AVE, como graciosamente nos bautizaron unos corredores (evidentemente, ese comentario iba dirigido a la luz que desprendía mi frontal, no a que fuéramos a 300 km/hora, ni a la luciérnaga "estampá"). Los ánimos estaban a tope y además nos acercábamos a nuestro tanto tiempo deseado KM. 69, además estaba previsto que lo hiciésemos a las 12;40 en punto, en homenaje al amigo Saltim, pero claro no contábamos con que el jefe de mi amiga lo ve todo y decidió mandarle un castigo "divino" en forma de aguacero y como además habíamos dejado los chubasqueros en Tres Cantos (quien fuese el culpable de esto no importa), creyendo que la maldición de Hugo habría acabado, decidimos posponer nuestros planes no fuera que las represalias del jefe de mi amiga fueran aún peores. Menos mal que nos quedaban sólo 4 kms. para la siguiente parada, porque nos habíamos calado y el frío nos podía haber dejado fuera de combate antes de tiempo, hubo momentos en los que el barro empezó a complicarnos bastante la marcha, por culpa de los patinazos que dábamos y porque la envidiosilla esta vio la oportunidad de ponerse por una vez en su vida a mi altura y decidió pegarse todo el barro que pudiese en sus zapas para así en plan "drakqueen" poder mirarme a los ojos sin necesidad de estirar el cuello cual jirafa. Al llegar a San Sebastián de los Reyes nos cambiamos y nos secamos, aquí ya se empezaba a ver a mucha gente llegar muy tocada, varios se retiraron en este punto y es que si sumabas el cansancio acumulado con la lluvia se hacía bastante duro.
Menos mal que aquí nos dieron unos plásticos por si volvía a llover, lo cual como se demostró a los 3 minutos de salir de polideportivo fue fundamental.

Aquí fue donde menos nos paramos, simplemente nos cambiamos de camiseta, calcetines y nos dimos el producto estrella de esta aventura: EL FUNGUSOL, el mayor acierto que ha tenido mi compi en este fin de semana, gracias a él no hemos tenido ni una ampolla en todo el recorrido... ¡¡¡VIVA EL FUNGUSOL!!!. Como decía antes, paramos poco por miedo a que nos diera el bajonazo por el sueño, aparte que así no se le ocurría a la "Marquesa de Pitiminí" que la dieran otro masajito "by the face".

Nada más salir recibimos una llamada y al otro lado del teléfono oigo el "We are the Champions", aunque con una voz ligeramente distinta a la de Freddie Mercury, como más gangosa, decía algo también de que se estaba metiendo un puro por no se donde y que iba a volver a llamarnos para cuando llegáramos a meta, porque seguiría despierto... aún estamos esperando, ¿te has despertado ya, Merak?.

Este tramo nos llevaba nuevamente a Tres Cantos, era sólo de 15 kms. y en teoría no debía ser de los más duros, pero no contábamos con que nos diluviara durante el 95% del mismo. Pasamos por varios lugares de reuniones espirituales, había también diversos coches en los caminos con las ventanillas empañadas (por supuesto debido a la humedad reinante por la lluvia) y poco a poco la lluvia empezó a hacer estragos, sobre todo a partir del km. 83 donde además acabó el terreno blando y entramos en el carril bici, eso nos machacó bastante los pies, aparte que la novicia se enfrió (debió ser al volver a enseñarme el culo). Este fue sin lugar a dudas el peor momento de todos, fijaros hasta qué punto se puso malita la cosa que... ¡Syl calló estos 5 kms.!.

Llegar al polideportivo de Tres Cantos nuevamente fue un auténtico alivio, pudimos comernos lo que nos sobró en la primera parada y ponernos también las zapatillas que habíamos dejado allí a la ida, ya que las que llevábamos iban totalmente empapadas, esto nos dio la gasolina suficiente para afrontar el último tramo de 12 kms. con garantías de éxito. Nada más salir del poli, me di cuenta que esto volvía a la normalidad... ¡Syl, volvía a no callar!, eso me tranquilizó y volvimos a andar con soltura.

Empezó a amanecer y de lejos ya se veía Colmenar... ¡vaya subidón!. Pero el destino no quería que todo fuera tan bonito y no lo digo porque me volviera Syl a enseñar el culo, no, sino porque ahora empezaba una "gynkana", había que vadear un arroyo varias veces, pero la gracia era que había piedras que habían desaparecido y te las sustituían por trampas, como en los videojuegos, en uno de estos decidí comprobar si era verdad que esas piedras resbalaban y me metí el ostión del siglo, el destino quería que mis últimos 8 kms. los hiciera totalmente empapado y con frío, aparte de tener que aguantar la risa de la zumbá, que con una mano se agarraba el michelín para mitigar el flato y con la otra se sujetaba la cintura para no partirse en dos... ¡vaya caridad cristiana!.
De aquí al final nuestros ánimos fueron "in crescendo" y una vez superada la última dificultad que había en el recorrido, en forma de cuesta infernal, vimos la llegada ahí al lado, y también nos encontramos con la máquina del Josero que después de dormir un buen rato salió a recibirnos y a coger el teléfono de Syl para grabarnos en meta (muchas gracias, chaval).

La llegada fue indescriptible, con Josero y Quintiliano como animadores, olvidamos nuestras anteriores 20 horas de disputas y entramos de la mano a dar la vuelta al campo de fútbol, en estas que como música de fondo me ponen una especie de marcha nupcial por lo cual estoy a punto de retirarme del susto que me llevé a falta de 100 metros, pero cuando me tranquilizan y me aseguran que es el "Aleluya" decido continuar, al llegar a meta nos pusieron la cinta cual campeones de la Maratón de Nueva York y una vez pasada esta todos los sentimientos acumulados para esta carrera hicieron aparición a la vez, necesitaba hacer una buena carrera en una distancia larga para olvidar anteriores fracasos y esta además se produjo al lado de la mejor persona que podía haberme acompañado en ello. Total: 19 horas 58 minutos... ¡putos cracks que somos!.
Después de recoger el diploma, llamar a Mar y no poder ni hablar con ella y relajarnos un poco, nos metimos a ducharnos y a esperar que nos trajeran las mochilas, las cuales tardaron bastante, lo que sirvió para pasar otro rato inolvidable con Quintiliano, Josero y posteriormente con Grey que llegó poco después y estupendamente.

Poco más me queda por decir, no creo que nadie haya llegado hasta aquí, pero si alguno lo habéis hecho que sepáis que habéis leído la versión real de esta carrera, si alguien quiere cambiar esa realidad de los hechos es su problema... ¡no os dejéis intoxicar por las fuerzas del mal!.
No quiero cerrar la crónica sin dar las gracias a todos los voluntarios que dedicaron tantas horas para hacernos la aventura más fácil y sobre la organización les rogaría que para la próxima edición volvieran a dar aunque sólo sea unos simples sandwiches y un aquarius... ¡se lo agradecerán los que vayan!.
Seguro que he olvidado de reflejar un montón de anécdotas y de agradecimientos, para la próxima intentaré hacerme un guión. P.D. La aventura y la crónica van dedicadas a mis tres chicas preferidas: Mar, Kris y Syl... ¡¡¡MIL MILLONES DE GRACIAS A LAS TRES POR TODO!!!.
¡Que se preparen los suizos que la próxima aventura del dúo sacapuntas será allí... ¡que el jefe de mi amiga les pille confesados!.