Dirty egipcian dancing

Esta tarde he vuelto a ponerme mi pañuelo de monedas

…(las mías eran euros y las de mi hermana, céntimos…tontería con la que le he hecho a ella la puñeta antes de empezar).

Comentábamos mientras nos cambiábamos, como se aprovechan con los precios aquí en España de este tipo de pañuelos…que uno normalito por menos de 30€ es imposible encontrarlo…y en Egipto, cualquiera de ellos son vendidos por 3€ mataos…(tenía que haberme traído un furgón cargado cuando fui y haberme jubilao vendiendo en alguna paraeta de mercadillo…tonta estoy!).

Hacía casi 3 años que no iba a clases de danza del vientre….o también llamada danza oriental, egipcia o árabe… y ha sido un grato placer volver donde lo dejé.

Mientras empezaba la profesora a explicar los primeros movimientos y nosotras a hacerlos, pensaba que aquello era casi como ir en bicicleta…que una vez aprendes, ya nunca se te olvida.

Siempre me ha gustado el significado de este tipo de danza, cuyos movimientos y sus respectivos nombres provienen de la imitación de la naturaleza…, las olas del mar, el vaivén del viento, el temblor de la tierra (o chimi)…y de los movimientos de animales como el camello, el caballo o la serpiente.

En realidad se trata de dibujar figuras geométricas con nuestro cuerpo…y con ello aprender a liberar tensiones, expresar sentimientos e incluso disfrutar de nuestra sensualidad.

Es más cansado y difícil de lo que parece, ya que cada parte del cuerpo lleva un ritmo diferente (los brazos, la cabeza, la cintura..) y ser capaz de realizarlos todos con la armonía y belleza adecuadas…cuesta.

A pesar del esfuerzo yo acabé congelada…Ir en calcetines me heló los pies de mala manera…He pensado que la próxima semana me pondré unos gordos de montaña…o directamente 3 pares de los normales…o si me apuras incluso unas botas con pelo de borrego por la parte interna…no sé…lo que sea para no acabar como hoy…que mientras intentaba calentar los dedos de mis pies en los ejercicios de relajación no sabía si eran míos o del Juanito Oiarzabal…